Pero hablamos de una fuente de energía renovable; un ejemplo a imitar para cualquier profesor.

En su primera clase nos contó que había venido en un Ford Fiesta, por lo que desde entonces es "Forfi".



Su entrada en la Escuela nunca es semejante a la de la semana anterior. Tenemos que observarle y seguirle para estar a su altura cada semana. Y no es tarea fácil porque cuando nosotros vamos, él está viniendo. (La bebida energética del profesor, al lado del teclado, lo dice todo).

Tan pronto nos habla del nombre de todos los volcanes de la tierra como se queja de que está cansado porque ha leído mucho.

Estos niños con altas capacidades (especialmente los de hoy en día) son todo un reto para un profesor de cualquier materia. Es necesario darles lo que necesitan sin que ellos piensen que se les está dando algo diferente a los demás. Y, como de costumbre,  la vía de acceso a ellos casi siempre son las emociones.

Quizás este video lo hiciéramos en el preciso día en que logró juntar las dos manos al piano. Lo decimos porque claramente pensamos entonces que el momento era muy merecedor de pasar a la posteridad y, sobre todo, porque vemos su cara de "objetivo superado" del final del video. Más aún, vemos  sus manos preparadas para "choca-esos-cinco-hemos-vencido-juntos-al-ordenador".

Y tocó con ambas manos (poco le falta para la simultaneidad) y fue una alegría espectacular en el aula de pequeños.

Ese día seguro que Forfi ganó una corona o un diploma por haber alcanzado  el nivel 3 de lectura de partituras.

Y, por si los profesores no nos habíamos enterado, iba radiando los acontecimientos de forma verbal. Hablaba mientras tocaba. Todo un Gould.

Lo que estaba tocando no era fácil y era necesario que los adultos nos diéramos cuenta de ello.

Nuestro queridísimo Forfi. Quién sabe lo que será de mayor. Nosotros, este video, se lo guardamos.