Con menos de tres años, con la metodología adecuada, un niño suele ser capaz de aprovechar las clases en nuestra Escuela.


Ante la duda, siempre invitamos a una prueba para confirmar que el niño está preparado para sacar todo el provecho de las clases. En el caso de que no sea así, recomendamos esperar unos meses. 

Aprender el nombre de las notas, comenzar a reconocer cada sonido por su nombre y relacionarlo con su lugar en un piano son aspectos que trabajamos desde el principio. 

La alumna de estas fotos, está buscando la mejor forma de tocar la tecla que el programa informático le pide. 

En un principio, los dedos adoptan la posiciones más sorprendentes e inverosímiles. Y cuesta trabajo darle la vuelta a ese pulgar en la primera clase. No porque sea difícil hacerlo, (la mano siempre tiende a colocarse en posiciones naturales) sino porque en la siguiente clase, se va a colocar él mismo de forma natural; en cuanto sea necesario tocar tres sonidos consecutivos.

La plasticidad que tiene el niño permite adecuar todo tipo de metodologías necesarias incluso de un día para otro, lo que impide deformaciones técnicas.